martes, 23 de abril de 2013

Día del libro, día de Bradbury

No se me ocurre mejor modo de festejar esta fecha que con el poema que Ray Bradbury dedicó a William Shakespeare y Miguel de Cervantes en el año 2002. Sirva el texto como preámbulo a mi séptimo libro: Vivo en lo invisible. Nuevos poemas escogidos, traducción y edición que he preparado con Ruth Guajardo González (Salto de Página, 2013).

William Shakespeare

 
Poema escrito al saber que Shakespeare y Cervantes murieron el mismo día
 

El gran Shakespeare ha desaparecido, Cervantes se ha marchado.
El sol se oculta al mediodía. La aurora
se niega a clarear. El tiempo contiene la respiración
ante esta coincidencia mortal.
¿Es posible? Así es,
estos dioses gemelos se dirigen a la oscuridad.
¡Los dos el mismo día! Nada puede impedir la recogida
de su cosecha.
Cada uno en su campo, tanto brillaban
que con su resplandor ahuyentaban la noche.
Pero la noche vuelve a por sus deudas.
¿Un chorro fantasmagórico? ¡No! Arponea dos.
Sin el primero, el mundo desfallece.
Sin el segundo, pierde el equilibrio.
Dos ataques simultáneos de cometas.
Para empezar, en España, después en la mejilla de Inglaterra.
El orbe gira mudo de temor y de angustia.
La Antártida se derrite en lágrimas,
y los espectros de los Césares resurgen, cobran vida,
sangrando por sus ojos Amazonas.
Ha acabado una época. Pero debemos
seguir siendo testigos de este día
en que un Dios ignorante nos ha dejado solos
acabando con Will y con su clon hispano.
Quién se atreverá a valorar sus plumas.
No veremos otra vez a semejantes gemelos.
¿Se ha diluido Shakespeare, falleció Cervantes?
Los caminos divinos son sangrantes.
Se ha extinguido la luz, no queda barro.
Dos titanes perdidos en un día, destruidos
por el certero golpe de la muerte.
Cristo abre sus heridas. Dios suspende su aliento.
Y nosotros nos tambaleamos por esta doble caída.
Nos sobrecoge la inmensidad del día
como si un tribunal de soberanos,
de los emperadores a los reyes,
un desfile de rica realeza
se ahogara en la obscenidad del tiempo.
Quién ordenó que dos gigantes mueran.
Un ojo primero seguido del otro.
Dios cerró un gran sueño, después el más grande.
¿No tenía suficiente con uno? Parece que no.
Ese vacío estaría medio lleno, si solo Shakespeare
se hubiese arrodillado ante el revólver de la puesta de sol.
Pero con lamentos primero y risas después,
Dios cogió y rellenó la segunda mitad.
Cervantes atravesó el umbral
hasta el corazón rebosante del Cometa.
Dios arrojó a los dos, estrellas geminadas cuyo fuego
alumbró ballenas y hermosas criaturas de alquiler
a quienes suplicamos, muchos años después, que nos conduzcan
a donde la pareja Cervantes y Shakespeare oculta
¿su caída? Ecos amortiguados en Escena,
y aún rumiamos nuestra indignación
por dónde está el sentido en todo esto,
perdimos las dos manos, la derecha y la izquierda,
las dos juntas aplaudían
a Dios y a la Causa Primera Universal.
¿Pero Cervantes y el Bardo, cubiertos de frío,
son dos sueños salvajes en un molde de tierra?
Que todos los ecos fluyan en mareas
adonde los cometas son sus prometidas en flor,
y Cervantes y el obsceno Will
combaten arduamente los molinos por nuestras esperanzas
y nos despiertan en mitad de la pesadilla
para que gritemos: ¿Quijote, Hamlet, muertos?
¿En el mismo día? ¡Largo, fuera de aquí!
No admito tales funerales.
Rechazo sus tumbas, sus lápidas.
Prestadme sus libros, mostradme a su Musa.
Hacia el final del día, o como tarde, de la semana
conseguiré que Cervantes/Shakespeare hablen
hasta que mi corazón rebose, mi cabeza se llene
¿de qué? Buen Don Quijote. Estupendo Lear. No estáis muertos. ¡Que no!

 Miguel de Cervantes


3 comentarios:

  1. Aquí en California, busqué un poema de Ariandna G, García y surgió Imán, que fue leído en español ante parte del departamento de español de la UC Davis que celebraba el día del libro leyendo fragmentos y poemas...

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  2. Estimado Didac:

    Muchas gracias por tan grata noticia. Qué honor más grande. Me alegro de que le gustara Imán. Que mis palabras resonaran ayer en California tiene un valor espcial para mí. Son muchos los años leyendo y traduciendo a Ray Bradbury, un escritor al que admiro profundamente. Para cualquier que necesite de mí, o necesite la UC Davis, sólo tiene que decírmelo.

    Un saludo.

    Ariadna

    ResponderEliminar
  3. Estimado Didac:

    Muchas gracias por tan grata noticia. Qué honor más grande. Me alegro de que le gustara Imán. Que mis palabras resonaran ayer en California tiene un valor especial para mí. Son muchos los años leyendo y traduciendo a Ray Bradbury, un escritor al que admiro profundamente. Para cualquier que necesite de mí, o necesite la UC Davis, sólo tiene que decírmelo.

    Un saludo.

    Ariadna

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