miércoles, 28 de enero de 2015

Cisnes



 
Como cisnes cansados, que en la tardía luz vespertina
sobrevuelan las cimas antes que el día quiebre,
ebrios del oro último que aún circunda el cielo,
porque bajo ellos sueña el crepúsculo azul –

ignoran adónde los conduce el fatigoso vuelo,
lejos el nido que albergó su plumón;
ya son tan sólo puntos; escapan a los ojos,
perdidos, para nunca volver, en ese fulgor pálido –

así ves tú que amigo tras amigo desaparecen por la cresta,
siempre hacia el sol. ¿Volverás a encontrarlos?



(Del libro Candentes cenizas, de Erwin Schrödinger. Traducción de Clara Janés y Félix Schmelzer. Salto de Página. 2014)


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